Productos que me apasionan y sin los que no podría vivir... y que nunca faltan en mi despensa ni en la de Marcos. A veces llegamos al absurdo de tenerlos por triplicado: en mi casa, en la suya y en Villaperritos (lástima que ellos no sepan cocinar.)
Hoy nos ocuparemos de un básico del que soy una entregada fan y que descubrí cuando era una incompetente para cocinar arroz, cosa que por suerte terminé solucionando. Sin embargo, este producto sobrevivió a mi aprendizaje y me sigue sacando de más de un apuro.
LA CIGALA SALVAJE. 5 BOLSITAS DE COCCIÓN.
Presentación:
Se vende en un paquetito de 500 gramos. En su interior encuentras cinco bolsitas para cocción con unos 100 gr cada una. En la parte de detrás trae las instrucciones para su prepración a prueba de tontos.
Descripción del producto y observaciones:
Evidentemente no es todo arroz salvaje, sino una mezcla que se compone de tres cuartas partes de grano alargado y normal, en tanto que el porcentaje restante es de auténtico arroz salvaje (esa variedad que es oscura.) Con todo encuentro que la proporción es muy acertada, agradable tanto a la vista como al paladar. Marcos no es muy amigo de este tipo de productos, a los que mira con prejuicios y recelo. En cambio éste ha pasado su test de exigencias.
Instrucciones:
Para cocinar estas bolsitas son necesarios 25 minutos de cocción, a partir de que el agua rompa a hervir. Si tienes inducción no hay problema, pero para los que vivimos en un mundo tecnológico retrasado, sugiero que si vais mal de tiempo pongais al fogón el agua ya caliente del grifo. El fabricante recomienda dos vasos y medio de agua por cada bolsita (yo lo hago a ojo, la verdad), sal al gusto y un chorro de aceite o mantequilla. Creo que queda más suelto y sabroso con aceite, además de ser más sano.
A continuación, sueltas la bolsa cuando el agua hierva, esperas a que pasen los dichosos veinticinco minutos y entonces la retiras con unas pinzas o una espumadera. El fabricante no dice nada en sus intrucciones para doomies, pero claro, la bolsita sale caliente que te cagas, como podéis imaginar. Agitadla con las pinzas sobre el fregadero para que escurra bien, y tened cuidado con el vapor al abrir la bolsa. ¡Y con vuestros dedos! Esperad mejor unos minutos a que temple ante de cortarla con unas tijeras para abrirla.
Y poco más, ya tenéis una guarnición estupenda, sana y económica porque creo que el precio no llega a dos euros.
Por qué nos gusta:
-Es sabroso.
-No es necesario vigilar el arroz para que no se queme ni se pase.
-Puedes emplear ese tiempo en hacer el plato al que acompañará.
-Es muy agradecido para presentar. Bien servido en una fuente o directamente emplatado, queda precioso y, armoniza con muchas recetas.
-Quedas bien si tienes invitados. Por alguna razón, la gente a la que se lo servimos no lo había comido antes.
Sugerencias:
Como ya hemos dicho, queda genial con muchas recetas. Suelo servirlo como guarnición de pollo cocinado de mil maneras, de magret de pato, salmón, atún, verduras... Podéis usarlo para hacer una ensalada distinta de la clásica de arroz blanco. Tampoco quedaría mal con ternera o cerdo, aunque no se si lo he usado para esto. Puede ir genial también con verduras, salsa de soja y gambas en plan wok, eso sí, ni se os ocurra echarle colorante o algo parecido porque pierde todo el encanto. En cambio, como compañero de un buen curry sí lo veo.
Sed atrevidos, ¡seguro que acertaréis!
No se trata de que tenga prejucios, pero si recelo de los productos cuyo envasado, con la excusa de facilitar las cosas, incrementan el precio final del producto. Muchas veces se aprovechan de gente que no cocina habitualmente.
ResponderEliminarPor ejemplo, desde hace poco tiempo se venden "preparados de sofrito listos para usar". Es decir, cebolla, ajo y tomate ya picados. El precio de una sola ración, para un uso, suele superar el precio de un kilo de cebollas y una ristra de ajos, que dan para mucho. Y ¿que te puedes ahorarar? ¿10 minutos? ¿5?.
No es el caso de este producto. Primero, porque no resulta mucho más caro que el formato habitual y segundo porque si ahorra tiempo. Cuando uno cocina arroz, incluso si es simple arroz en blanco porque te duele la tripa, tienes que estar vigilándolo de agua constántemente. Si te pasas de agua, malo, poque te verías obligado a "colar" el arroz cuando este listo. Algo que jamas sale bien. Solo sirve para romperlo. Así que uno tiende a calcular el agua tirando a corto con lo que te ves obligado a ir corrigiendo constantemente.
Con estas bolsas no. Las metes en el agua. Pones la alarma y te olvidas. Tienes 25 minutos para preparar el resto de la comida. Tiempo de sobra para cocinar primero, segundo y postre.