martes, 24 de enero de 2012

Reino Vegetal.

Este apartado especial sobre cocina vegana se lo dedicamos a nuestra querida amiga Irene, que siempre tiene problemas para encontrar restaurantes y bares donde poder picotear siguiendo su estilo de vida.

Ése fue el motivo de que la invitásemos a cenar un par de veces en casa, y nos diéramos cuenta de lo sencillo que es hacer aperitivos, cremas y platos fuertes adecuados a una dieta vegana estricta: nada de carne, pescado, maricos, lácteos (ni yogures, ni quesos, ni nata) ni huevos, a no ser que su procedencia casera garantice que las gallinas viven libremente.

Si vais a cenar a un restuarante vegetariano en seguida os percataréis de los elaborados y complicados platos con los que tratan de atraer a sus clientes no necesariamente veganos. Nosotros pensamos que si bien un toque exótico nunca viene mal, hay infinidad de platos tradicionales y fáciles de hacer que o bien son directamente 100% vegetales, o bien pueden serlo haciendo pequeñas modificaciones.

Aunque no seamos veganos, incorporar más legumbres y verduras a nuestra dieta semanal, es invertir en salud y calidad de vida. ¡Y delicioso!


CREMA DE ESPÁRRAGOS TRIGUEROS:

Ingredientes para 4 personas:

- Una cebolla
- Una zanahoria.
- Una patata grande.
- Un manojo de trigueros frescos, o un bote de trigueros en conserva.
- Aceite.
- Sal al gusto.
- Pimienta al gusto.

Preparación:

Esta dependerá de si los espárragos son frescos o en conserva.

Comenzaremos pelando la patata, la zanahoria y la cebolla, y a continuación las cortaremos en trozos medianos. Si lo espárragos fuesen frescos, los lavaríamos enérgicamente para después cortarles la parte blanca del final. Yo suelo trocearlos en tres.

En un calderito mediano y alto, echaremos un chorro generoso de aceite de oliva. Cuando esté caliente, agregaremos todos los ingredientes que hemos pelado, les echaremos la sal que nos guste y rehogaremos un par de minutos. A continuación cubriremos con agua y los dejaremos cocer a fuego fuerte durante unos veinticinco o treinta minutos, o lo necesario para que la verdura esté tierna.

Si los espárragos fuesen en conserva, dejaríamos cocer la patata la cebolla y la zanahoria, pero no los añadiríamos hasta pasados quince o veinte minutos de cocción (los tiempos dependen de la fuente de calor que uséis para cocinar). En cualquier caso echadlos cuando al resto de la verdura le falten unos diez minutitos para estar del todo lista. Si veis que os habéis quedado cortos de agua, podéis aprovechar la del bote de los espárragos que le añadirá un plus de sabor.

Una vez esté listo sólo hace falta triturarlo todo con una batidora en el propio caldero. Dadle tiempo, para no queden grumos y el resultado sea cremoso y homogéneo. Probad y rectificad de sal si hace falta, y añadid pimienta al gusto. De nuevo, si los espárragos son frescos tal vez os haga falta colarlo porque suelen quedar hebras.

Comentarios y sugerencias:

Se sirve bien caliente, y a mi me gusta tomarlo en cuenco. Si no sóis veganos podéis daros una alegría con un chorrito de nata para que lo suavice. Si lo sois, un chorro de aceite en crudo en vuestro cuenco también le dará un punto aún más sabroso. Cada comensal puede moler más pimienta si le apetece.

Ahora en invierno, es un plato fabuloso tanto a mediodía como para la cena, y según mi experiencia les gusta bastante a los niños pequeños, en especial si lleva ese famoso chorrito de nata. Con unos picatostes también es un éxito seguro.

¡A disfrutar de la cuchara, que estamos en temporada!

2 comentarios:

  1. Me ha encantado! Rica y sencilla, es perfecta.
    La alegría del chorrito de nata ahora también puede ser vegana, ya que nuestro querido Alcampo tiene nata vegana para cocinar, de la marca Sojasun, en la sección de natas :)

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  2. ¿Por que en los restaurantes veganos no se sirven platos normales?
    Como pasta con salsa de tomate, que es perfectamente vegano.

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